Brasil se encuentra entre la Industria 2.0 y la 3.0, ya que aún existe cierta resistencia para implementar nuevas tecnologías, lo que provoca un retraso en la evolución de este sector.
Estudios en el mercado manufacturero brasileño, realizados por COGTIVE con el respaldo de un artículo de McKinsey & Company, revelaron que, en promedio, las industrias tienen un 30% de capacidad productiva desconocida, lo que resultó en los 88 mil millones que las industrias manufactureras brasileñas dejaron de ganar el año pasado.
La capacidad productiva oculta, que incluso los líderes pueden pasar por alto, es la cantidad de producción adicional que una empresa puede lograr sin invertir en nuevas máquinas, equipos o contratar más trabajadores.
Ocurre principalmente debido a paradas en la línea, una gestión deficiente de procesos, bajo rendimiento de activos y problemas con la asignación de mano de obra. Problemas que podrían minimizarse mediante tecnologías disruptivas para el monitoreo del piso de fábrica.
